viernes, 7 de julio de 2017

Atún además encebollado



No puedo hacerlo todo yo:
pelar y pelar cebollas y pelar y pelar cebollas,
llorar y llorar y llorar hasta reinventar el mar,
poblarlo con algas, larvas y naufragios,
difundir leyendas de héroes vegetarianos,
fomentar las raspas,
echar el sedal o, en su defecto, un tendón,
sestear bajo un sombrero,
esperar a que pique algún atún miope,
tener fuerzas para alzar sus mojados quilos,
llevarlo a casa a rastras, con cadena y bozal,
presentárselo a las cebollas para que congenien,
explicarle con delicadeza que está muerto
y una vez lo asuma, actúe en consecuencia
y se quede quieto, trocearlo, salpimentarlo
y rehogarlo en la cazuela durante un quinquenio
mientras vacuno los cuchillos y el hambre,
repartirlo en dos platos, llevarlos a la mesa,
y además, y encima, y lo que me faltaba,
tener que comérmelos los dos. 

De Hay menú económico


 

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