sábado, 25 de enero de 2014

La felicidad es una piruleta


La felicidad es una piruleta. Una piruleta enorme, roja, con forma de corazón. Una piruleta que sólo se vende en un quiosco de las afueras. Un quiosco que no tiene horario, con lo cual puedes ir a comprarla y encontrártelo cerrado, o no ir a comprarla y enterarte después de que el quiosco estaba abierto. Lo siguiente es que el quiosquero te la quiera vender. Si ese día se ha levantado con el pie izquierdo, no te la venderá. Si se ha levantado con el derecho, será tuya por una moneda. Si se levantó con los dos pies a la vez, su estado de ánimo dependerá entonces de sus juanetes, del clima, de cómo haya dormido esa noche...

Yo la quiero. Sé que podría ser mía y la quiero. Quiero retirar su envoltorio de plástico transparente. Quiero sujetarla por el palito y comérmela sin contemplaciones. Comerme ese corazón enorme-rojo-dulce-quieto-tan-difícil-de-conseguir. Comérmelo entero y empacharme de caramelo, hasta que me duela la barriga. Para que nunca más pueda oír hablar de la felicidad sin que me den ganas de vomitar. Para que mi cuerpo y mi mente terminen por despreciarla y se acostumbren a no tenerla y, sobre todo, a no necesitarla.

Felicidad = piruleta = dolor.

 

De Fragmentos de una niña decapitadita

 

domingo, 19 de enero de 2014

Te propongo que


Seamos sordos a medias,
es decir, que no escuchemos las palabras,
sólo los ruidos
(si algún día soy un ruido para ti,
deberías decírmelo)
y que seamos, también, un poco gilipollas.
Aunque eso nos costará menos.


viernes, 10 de enero de 2014

Papá péndulo


 
Papá es como un péndulo:
mueve la cabeza,
mueve la cabeza:
el tiempo se balancea ahí,
probablemente.
Sin embargo, hoy nada ha cambiado
con respecto a ayer
y a lo mejor el día que todo cambie
es martes, o llueve. O alguien se va.
Papá es pero que muy pequeñito
y mueve la cabeza.
Trata de saber quién
de nosotros será el primero
en volverse loco.
 
 
De Será genealogía